Nuestro proceso paso a paso: así es trabajar con fotógrafos gastronómicos
- Manuel Perez de Guzman

- 14 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 18 sept
Cuando un cliente ve la foto de un plato en tu web, en Google Maps o en Instagram, decide en segundos si reservar o no. ¿Te imaginas perder ventas solo porque la foto parecía “casera”? Aquí entra en juego el proceso de una sesión de fotografía gastronómica: ordenado, profesional y pensado para que tu restaurante se vea irresistible.
¿Por qué importa el proceso en una sesión de fotografía gastronómica?
La diferencia entre una foto hecha con el móvil y una profesional no es solo estética.
La primera puede transmitir improvisación o falta de cuidado.
La segunda proyecta confianza, calidad y hace que tu carta “se venda sola”.
Un ejemplo: un restaurante de tapas en Madrid nos contaba que, tras actualizar sus fotos en Google con imágenes profesionales, las reservas online subieron un 30% en un mes. Nada cambió en la cocina, solo la percepción del cliente.
Por cierto, si lo que buscas es inspiración visual, somos fotógrafos gastronómicos en Madrid y si entras en nuestra web tienes ejemplos de proyectos reales. Por ejemplo, puedes echarle un vistazo a nuestro portfolio de contenido para Instagram.

Paso 1: Preparación antes de la sesión
Qué debe hacer el restaurante
La preparación es clave. Algunos consejos prácticos:
Selecciona los platos estrella de tu carta.
Coordina a cocina para que los tiempos encajen con la sesión.
Ten limpio y ordenado el espacio donde se harán las fotos.
Cuando un cliente no prepara esta parte, solemos perder tiempo reorganizando. Al contrario, los que planifican bien consiguen una sesión ágil y más variada en resultados.
Lo que aporta el fotógrafo
El fotógrafo gastronómico no solo hace clic. También:
Diseña un plan de iluminación según el espacio.
Aporta recursos de food styling para resaltar texturas y colores.
Sugiere planos que funcionen mejor para carta, web o redes.
En mi experiencia, cuando trabajamos juntos desde la fase de planificación, los resultados son mucho más potentes.

Paso 2: El día de la sesión
Flujo de trabajo y coordinación en cocina
El día de la sesión parece un pequeño espectáculo. Los tiempos en cocina se sincronizan con las fotos: el plato sale, se coloca, se ajusta la luz y… ¡clic!
Un error común es querer fotografiar toda la carta en una mañana. Lo recomendable es priorizar y organizar por bloques (entrantes, principales, postres). Así se aprovecha mejor cada escenario de luz y decoración.
Ejemplos reales de sesiones
Un cliente de cocina fusión tenía problemas para mostrar su propuesta porque en fotos caseras “todo se veía igual”. En la sesión profesional destacamos detalles como el humo de un ramen recién servido o el brillo de una salsa al caer. Al publicar esas fotos en redes, los comentarios de los clientes fueron inmediatos: “¡Se me hace agua la boca solo con verlas!”.

Paso 3: Entrega y resultados
Edición y formatos listos para redes y web
Tras la sesión, empieza la magia invisible: la edición. Aquí el fotógrafo pule colores, corrige pequeñas imperfecciones y adapta formatos para cada canal:
Cuadradas para Instagram.
Horizontales para web y menús digitales.
Verticales para stories y reels.
Cómo medir el impacto en reservas y ventas
Muchos clientes nos preguntan: “¿Cómo sé si ha merecido la pena?”. La respuesta es sencilla:
Observa reservas online antes y después.
Revisa interacciones en redes (likes, comentarios, compartidos).
Pregunta a clientes cómo llegaron al restaurante: ¡más de uno dirá que por las fotos!
Consejos prácticos para sacar el máximo partido
Combina fotos y vídeo: los reels de preparación generan mucho alcance.
Renueva imágenes cada temporada para mantener la carta fresca.
Integra las fotos en todos tus canales: web, Google Maps, delivery apps, redes.
No olvides el storytelling: una foto de equipo en acción conecta más que cien palabras.
Idea clave: no es solo hacer fotos bonitas, es invertir en marketing visual que se traduce en mesas llenas.
Te dejamos un freebie de regalo
Trabajar con un fotógrafo gastronómico no es un gasto, es una inversión directa en percepción, reservas y ventas. Cuando tu cliente ve tus platos presentados con calidad, ya tienes medio camino ganado.
Descarga ahora la checklist del proceso y asegúrate de que tu próxima sesión fotográfica saque lo mejor de tu restaurante.
Claro que si necesitas que te echemos un cable en tu próxima sesión no dudes en contactar con nosotros ya que estamos seguros que podremos hacer que el proceso sea fluído y organizado. ¡Y que las fotos se vean brutales!

